De investigaciones para su Especialidad en Ciencias Sociales, U. de Chile, Sede Ñuble. Publicado en Australito Escolar, Temuco Viernes 3 de Noviembre de 1978.
Es fundamental que al pueblo
mapuche se le entienda y atienda a la luz de la Comunidad Internacional como criterio legítimamente científico que
permita visualizar los puntos generales de evolución que regulan la historia de
los diversos pueblos y razas del mundo. Y todo ello en honor y mérito de
nuestra propia cultura de raíces cristianas, capaz de cautelar en toda
circunstancia la dignidad de todos los hombres; y que a nadie podría retenerle
su valor intrínseco e inalienable como ser humano, de criatura de Dios, sin
contradecirse y negarse a sí misma.
Recordaremos que el otro nombre para América
Latina es Indoamérica, es decir, América de Indios, o América Morena.
Por eso los antropólogos para referirse a
esta población indígena suelen hablar de “amerindios”. Claro está que los
términos INDIO e INDÍGENA no son sinónimos. Indígena es el más antiguo
habitante territorial de un continente cualquiera, por origen ancestral, en
tanto que INDIO es el gentilicio que define al ciudadano de la India.
Sabemos que se
llamó indios a la población indígena americana por el error de Colón que creyó
haber llegado a la India navegando hacia el Occidente, cosa que le pareció
confirmada por la semejanza de estos habitantes con los de aquel país asiático.
Es cierto también que el calificativo de indio ha pasado a ser despectivo y
ofensivo en la sociedad latinoamericana.
Tal vez hubiera ocurrido lo mismo con
cualquier otro término que los hubiera designado. Sin duda, si la Educación y la Cultura logran destruir
por el conocimiento los mitos y
prejuicios raciales, se le restará a tal calificativo mucho de su fuerza
menoscabante del prójimo, y algo lograremos si hablamos con mayor frecuencia y
naturalidad del Hombre de América.
En
efecto, las razas principales de amerindios son los aztecas de México, los
mayas de Centro América, los quechuas del Perú; y luego nuestra
raza mapuche de Chile que no es sólo la más importante entre otros grupos
indígenas del país, sino, según los especialistas, es también la sociedad
indígena más grande de Sudamérica en la actualidad. A fines del siglo XV,
año 1492, las tribus de América Central vieron en sus costas por primera vez al
hombre blanco.
América había sido descubierta. En el siglo
siguiente empezó la influencia de la población europea a través de soldados,
religiosos, comerciantes y aventureros españoles que venían en busca del
codiciado oro y con la divisa de Conquistar y poblar este continente de los
indios.
Así, Hernán Cortés conquista el Imperio Azteca de México; Francisco
Pizarro conquista el Imperio Inca del Perú, Don Pedro de Valdivia
conquista Chile hasta el Río Maule, sin mayor resistencia. Fue apresado y
muerto, junto a sus soldados al adentrarse en territorio mapuche, en la batalla
de Tucapel, 1553; bajo el mando estratégico del entrenado Ejército de Lautaro.
De este modo, entonces, se iniciaba la OCCIDENTALIZACION de América. Después los ingleses y
franceses conquistaron América del Norte, los portugueses se asentaron en
Brasil, los holandeses en Las Antillas de América Central. Indoamérica completa
había sido dominada y puesta bajo el tutelaje cultural de Europa, bajo la
civilización occidental.
Entre tanto, ¿Qué ocurría en el
resto del mundo? Algo muy similar. Los españoles, ingleses, franceses,
portugueses, holandeses, etc. llegan al África, Ásia y Oceanía. El siglo XV es
el tiempo de la Expansión de Europa, entre los años 1415-1715. En todas
partes, alrededor del mundo, el hombre blanco, por su superioridad militar y
técnica, impuso su cultura y su civilización a la de los naturales o indígenas.
Se dice que sólo en el Asia fue limitada a imponer las formas de su
civilización material, ya que el aspecto cultural con sus tradiciones
milenarias, era casi impenetrable. En algunos lugares de África penetró
íntegramente. Pero, como sabemos, en América y Oceanía su triunfo fue completo.
¿A qué se debe este dominio
universal de la civilización de Occidente? ¿Por qué es el hombre blanco de
Europa el que impone su cultura en el mundo entero?¿Tiene que ver esto con una
supuesta superioridad innata y particular de la raza blanca? Al respecto se
proponen las siguientes consideraciones:
I. LA CIVILIZACIÓN DE OCCIDENTE ES UNA SÍNTESIS CULTURAL INTEGRADA POR ELEMENTOS PROVENIENTES DE ÁFRICA Y ASIA,
PERO QUE DESDE LA ANTIGÜEDAD, FUERON ASIMILADOS POR EUROPA.
¿Qué había sido Europa en la Antigüedad? Un
territorio cruzado por africanos y asiáticos, un centro de fusión de
diversas razas: árabes, mongoles y negros. ¿Qué había sido Europa antes del
siglo XV? Dice un historiador: “Durante la edad media, en efecto, la cultura
occidental se caracteriza por su impotencia para desarrollarse y difundirse
fuera del ámbito en el que se había formado” (1).
¿De dónde provienen los elementos
que la componen? De Egipto en el África y de Mesopotamia en el Asia
Occidental asimilan: el arte, la ciencia, la astronomía, las matemáticas,
etc. De la China en el Asia Occidental obtuvieron: la brújula, el papel,
la imprenta y la pólvora. Podría decirse entonces que desde muy temprano, en
el seno de la Historia de Europa, comienza a operar un evidente proceso
de síntesis cultural.
Saca y aprovecha de las
civilizaciones más antiguas gestadas en el África y el Asia, a las que a su vez
enriquece con su propio genio, creando así las bases para una futura civilización
universal.
Quien crea o piense que la Civilización Occidental es creación exclusiva
de la raza blanca, de los europeos, está rotundamente equivocado. Y
quien vea en la universalidad de la civilización occidental la prueba de la
superioridad del hombre blanco, rubrica el mismo error.
II. LA DINÁMICA
DE LA CIVILIZACIÓN DE OCCIDENTE CORRESPONDE A UNA SÍNTESIS ESPIRITUAL DE UNA RELIGIÓN DE ORIENTE.
Esta religión, que hace la
dinámica de la civilización europea, es el Cristianismo Bíblico el que, por
cierto, no es una religión indígena propia del continente europeo, sino del
Oriente, del Asia, de los judíos. Y decimos que esta religión
implica una “síntesis espiritual” en el sentido de que representa una
respuesta completa a las necesidades religiosas y espirituales de todos los
hombres de todas las razas y pueblos del mundo. No es una síntesis en el
sentido de que esté compuesta por un conjunto de fragmentos extraídos de
varias religiones del mundo antiguo. En efecto, el cristianismo
bíblico es la única religión que no se formó en el corto período de la vida de
un hombre. El Cristo Resucitado dijo: “...era necesario que se cumpliese todo
lo que está escrito de Mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los
salmos”. (2) Y entre Moisés y Cristo transcurre un período de 1500 años más
o menos y, en ese marco de tiempo, los profetas y salmistas hebreos,
escribieron y anunciaron la venida a este mundo del Mesías, del Hijo de Dios.
La importancia de dicho elemento
religioso no debe pasarse por alto, porque si bien ha sido la capacidad técnica
del europeo lo que ha permitido su expansión mundial “...no se debe olvidar
que tras esa capacidad técnica hay toda una concepción del mundo y de la vida
que la ha hecho posible y que se filtra luego por las brechas que su
superioridad técnica abre en el frente de las otras culturas que coexisten con
ella”.
Se dice que el cristianismo ya está fuera de lugar en el mundo moderno, pero los historiadores y los sociólogos coinciden en señalar que sin el cristianismo no se entendería ni la historia ni los valores sociales de la Europa medieval, moderna y contemporánea. Erich Fromm, entre otros autores, destaca que “las doctrinas de Lutero y Calvino jugaron un papel fundamental para el desarrollo del capitalismo que vino a repuntar en la Revolución Industrial del siglo XIX, en Inglaterra” (4)
III. LA CIVILIZACIÓN
DE OCCIDENTE ES CREACIÓN DE LA HISTORIA UNIVERSAL DEL HOMBRE Y, POR TANTO, HERENCIA VÁLIDA PARA TODOS LOS PUEBLOS Y
RAZAS DEL MUNDO.
En tanto que la población indígena
latinoamericana es de ascendencia asiática, posiblemente del Asia Oriental y,
en cuanto que en la Antigüedad los europeos tomaron contacto con esa parte del
mundo, entonces los mapuches, a través de aquellos sus ancestros, ya
aportaron su cuota para la generación de esta civilización universal. Así
que hoy -los descendientes del pueblo mapuche- solamente están ante
el desafío de reclamar y aprovechar la parte de la herencia cultural que les
corresponde y que les es ofrecida por medio de la civilización occidental y
cristiana. Sencillamente están enfrentado a LO SUYO, lo que es propio de la
Historia Universal del hombre creado para todos los hombres, lo que es
revelación del Creador para todas sus criaturas como es el Cristianismo Bíblico.
Por lo tanto, las razas
indoamericanas, entre ellas los mapuches, no podrían razonablemente sentirse
frustradas, inferiores, derrotadas o vencidas por el hombre blanco. Simplemente,
debe entenderse que ellos -los de Occidente y Oriente- tuvieron mayores
ventajas y tiempo cronológico para beneficiarse con anterioridad de lo que
hemos llamado la SÍNTESIS CULTURAL surgida en terreno europeo. Eso
explica tanto la dinámica de su progreso indiscutido como la igualdad de todo
el género humano. Los indígenas de América y Oceanía, como lo hacen los de
África y Asia, deben integrarse sin reservas a lo que es suyo, a los beneficios
de la civilización moderna; no deben sentirse desplazados, ni mirar el progreso
científico - técnico como algo ajeno a ellos. Porque la civilización
occidental es creación de todas las razas humanas, por lo mismo, tienen
legítimo derecho a ingresar y beneficiarse de ella, todas las razas del mundo.
Textos de
Referencia:
1. José Luis Romero,
ENCICLOPEDIA JACKSON.
2. Sagradas Escrituras,
Evangelio de Lucas 24:44.
3. José Luis Romero, Op.cit.
4. El Miedo a la Libertad,
1968, pgs. 78, 104.
Transcripción del original. Temuco, 11 de Marzo de 2021.
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