Esta es una pregunta tan absurda y
disparatada para el periodista Fernando Villegas como aquella: ¿De qué color es
el caballo blanco de Napoleón? Se la escuché en su canal informativo (18.4).
Luego, él procede a hacer una exhaustiva descripción de la inmensidad del universo
con sus millones de galaxias en las que puede haber una cantidad no menor de otros
tantos sistemas solares similares al que habitamos nosotros: nuestro planeta
Tierra. En consecuencia, lógicamente entre esos tantos sistemas en medio de
tanta inmensidad –dice él- debe haber también otros seres con vida inteligente.
Y una de las pruebas de ello sería de que desde 1947 hasta fechas recientes, se
empezó a hablar de avistamientos de platillos voladores u OVNIS, objetos voladores
no identificados. Pero éstos generalmente atribuibles a instrumentos exploratorios
secretos de potencias como EE. UU. o Rusia.
Sea lo que fuere, el hecho es que,
personalmente, soy testigo ocular de haber avistado un OVNI detenido en el
espacio y que lo confundí con una luminosa Luna llena, por el lado occidente.
Pero al volverme al lado oriente, me percaté que recién la Luna venía saliendo
de entre los cerros, en esa clara noche veraniega campesina. Volví al punto
inicial de la observación, esperando contemplar largamente ese extraño
fenómeno, pero ya se había movido a mediana velocidad rumbo al norte y sólo
alcance verlo mientras se perdía entre los árboles en el horizonte. Ya no tenía
la misma luminosidad original, pero conservaba su tamaño y forma circular de
una Luna de color anaranjado. Posteriormente, El Austral informaba que
exactamente esa misma noche, se habían observado por el sector del Lago Budi,
varios de esos fenómenos. Entonces, hay constancia pública acerca del mismo
fenómeno, década del 80.
En
efecto, si existen otros seres con vida inteligente y están apareciendo entre
nosotros con OVNIS exploratorios mecánicos o tripulados, hemos de inferir lo
siguiente:
a) Ellos no
pueden ser seres personales autónomos, esto es, que se hayan hecho a sí mismos.
Están sujetos al mismo principio de la existencia humana: “Reconoced que Jehová
es Dios, Él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos” (Salmo 100:2), o sea, están
instalados en la naturaleza que habitan.
b) Deben
tener una misma historia de existencia similar a la nuestra, esto es, la del
Génesis capítulo 1 que relata el origen de todas las cosas y de la “personalidad
humana” hecha a imagen y semejanza del Creador;
c) Los
millones de galaxias y sistemas solares componentes de la insondable inmensidad
del universo, de donde procederían los Ovnis, no pueden ser realidades
gestadas, trazadas y creadas por ellos mismos, sino también como nosotros, serían
absolutamente dependientes de la galaxia, planeta y sistema solar preexistente
o anterior a ellos, así como para todo ser con vida inteligente que habite en la
inmensidad del universo visible e invisible.
Para el cristianismo bíblico, desde luego, lo de ser visitado por seres
inteligentes extraterrestres no es nada de extraño. Lo atestigua toda la
Biblia, en el Antiguo Testamento por la Historia del pueblo de Israel, promesa
audible a Abraham, visiones de Moisés; y en el Nuevo Testamento, por Dios mismo
Hecho Hombre en Jesucristo, a través de ángeles y cánticos de una multitud de ellos
en aquella sublime noche de la Primera Navidad que marca el año 1 de la Era
Cristiana, actual cronología 2020.
Sergio
Liempi Marín. www.radiopelom.cl
La Araucanía, Temuco, 19 de Abril de 2020.
1 comentario:
¡Sin embargo, lo has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronas de gloria y de honra!,
Este texto del salmo 8, da a entender que los ángeles son creaturas de Dios asi como nosotros los hombres. Se entiende que los angeles son divinidades con caracteristicas superiores a los humanos.
En la incomprensible inmensidad del Universo pueden ocurrir muchas cosas, todas ellas han sido creadas por El Creador, Dios.
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