sábado, 2 de mayo de 2020

¿ESTAMOS A UN PASO DE LA MUERTE?


Sergio Liempi Marín. www.radiopelom.cl   CERTEZA  N° 6.

    Nunca en la historia universal se había dado una situación de preocupación y temor tan generalizado ante la muerte como ahora en nuestro presente siglo XXI. Esto, de manera simultánea a nivel de continentes y naciones. Pues, de un extremo a otro del mundo, estamos atentos por saber cuál es la cantidad de muertos ocurridos diariamente en tal o cual nación de Asia, África, Europa, América y Oceanía. Al parecer, hemos ingresado a una época apocalíptica de ruina, confusión, destrucción y muerte causado por un poder asesino invisible llamado coronavirus.

   Desde este punto de vista, toda la humanidad está de duelo, está de luto, por aquellos que repentinamente fueron llamados a la eternidad dejando tras sí hogares sin padre, madre, hijos pequeños abandonados; y todo cuanto se pueda decir de dolor, angustia y miseria ante una realidad inimaginada como la que hoy azota al mundo.


  Ante ello, nadie aquí puede aparecer siendo un observador imparcial o indiferente como sentado en galería. ¿Qué es esto? ¿Un proceso donde solo nos corresponde esperar nuestra hora? Exclamó David, el salmista de la Biblia, al saber que lo perseguían para matarlo: “apenas hay un paso entre mí y la muerte” (1 Sam.20:3). Otro, de los tiempos modernos, dijo: “No me preocupé por nacer, tampoco me preocupo por morir”. Ambas expresiones, sin embargo, tienen de común la clara conciencia de la realidad de la vida y de la muerte. Otro, valorando esta conciencia de sí, dijo: “Si el universo se viniera abajo, sólo el hombre sería capaz de darse cuenta de que fue aplastado por él”.

   En efecto, hoy es la humanidad entera la que se da cuenta de su fragilidad universal y de que está pereciendo arrasada por un poder incontrolable surgido del mundo natural. Entonces, no es solo el valor de la vida orgánica la que sentimos que está pereciendo, sino el sentido superior de la vida intelectual, vida racional, vida espiritual. Porque es esta clase única de vida superior exclusiva de nuestra especie humana, la que nos proyecta al futuro de nuestra propia muerte añadiéndole el presentimiento de que la vida consciente continúa más allá en otra vida, por una parte; y, por otra, esta misma clase de vida racional y moral en este mundo, insiste en demostrarnos que la ciencia y la tecnología -las hermosas ciudades con sus hermosos edificios, autos, aviones, barcos, y sus productos electromagnéticos: Radio, TV, Internet- confirman categóricamente que nuestra actual vida racional y moral es real, en tanto poder creativo expresado en la aparición evidente, objetiva, de una segunda naturaleza que cubre hoy la superficie del Planeta que habitamos: la Tierra, y ésta, con sus tres cuartas partes de aguas, por lo que tenemos un permanente cielo azul, promesa de suficiente oxígeno para nuestra vida terrenal, junto a la diversidad de otros seres vivientes.

   Pero dijimos que este espanto mundial ante la muerte, ocurre en el siglo XXI, que no es una fecha propia solo de Europa y América, sino también de África, Asia y Oceanía; o sea, es una fecha o cronología 2020 que abarca a todo el mundo. ¿Y esto, por qué? ¿Desde cuándo se cuenta el siglo primero o desde cuándo el año 1? Desde el Nacimiento de Cristo, que es el comienzo de la Era Cristiana. Y ¿Quién es Cristo? Es el Hijo de Dios, nacido de la virgen María, engendrado no de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Anunciado por los profetas de Israel: “He aquí la virgen, concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su Nombre Emanuel” Is.7:14, que significa: “Dios con nosotros” Mt.1:23. Al final de su Ministerio en Galilea de los gentiles y en Jerusalén, Él dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” Mt. 28:18. Por eso dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Jn.14:6).                    
  Téngase presente que ningún sabio o filósofo, entre tantos que ha habido en el mundo, exigió jamás creer en él para tener vida eterna. Sólo Cristo ofrece y da vida eterna hoy, porque Él es Verdadero Dios y Verdadero Hombre, el que dijo: “No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén.” (Ap. 1:17, 18). San Pablo dice: “Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” (Ro. 8:34). Cree en Él, adóralo, dale gracias. / SLM.

No hay comentarios: