Una ilustración visual de los efectos del racismo, prejuicios y estereotipos, que conducen a la marginación social.
Amarga experiencia del pueblo de nuestros padres, creadores como fueron de un auténtico idioma y de una auténtica religión particular, suficiente para haber reconocido en ellos el sentido de igualdad, libertad, dignidad y derechos, tan propio y exclusivo de un mismo y solo linaje humano, cubriendo desde milenios la superficie del planeta que todos habitamos.
La fecha de 1883, histórico año de la Pacificación de La Araucanía, estaba lejos todavía del 1948, en que recién ocurre la Declaración Universal de los Derechos Humanos, acto obligatorio del hombre civilizado, pero que tampoco pudo ser antes de aquella barbarie que significó millones de muertos, como fue la Segunda Guerra Mundial.
Ya se había perdido el principio jurídico de ciudadanía, garante de la preservación de la vida humana, ingresado a la civilización a través del Derecho Romano, siglo I. Aunque tal principio había sido confirmado en el año 1776 con la aparición del Estado de Derecho, en los Estados Unidos de América.
Pero la marcha progresiva de la humanidad no se detiene definitivamente en el error y horror de un momento trágico. Es así que el pueblo mapuche de hoy está protegido por el derecho de "ciudadanía chilena", tan igual como lo está cualquier persona avecindada en Chile. Esto es, sin importar cual sea su origen indígena europeo, africano o asiático; puesto que nadie elige nacer en tal o cual continente. Los mapuches somos indígenas americanos, y a mucha honra, como lo son todos los demás de sus respectivos orígenes continentales. El racismo comienza a ser superado hoy por el culturismo, o sea, diferencias históricas y no biológicas.
POR ESO, en 1981, se nos permitió llevar a efecto un Nguillatún, nada menos que en el Estadio Municipal del Traiguén. "Participaron las reducciones de Didaico, Chanco Marihual, Temulemu, Malalhue y Quitratúe, aproximadamente unas 600 personas".
Las fotos demuestran lo positivo de la integración y culturismo -de izquierda a derecha, el tercero es el autor de esta entrada- y en la otras, la triste realidad de vidas y hogares, causadas por el olvido político y administrativo de una misma patria de todos.
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